miércoles, 7 de agosto de 2013

Marcel, el chico nuevo de clase (Imagina #parte5)

- Te amo Marcel.

No respondió. Nada. Ni un simple gesto. Te estabas empezando a preocupar. Al ver que no ocurría nada te fuiste triste y a punto de llorar. Cuando estabas a una calle de llegar a tu casa, una mano agarró tu brazo y te dio la vuelta.

- Será mejor que estudiemos rápido. No quiero que suspendas ¿vale?
- ¿No entiendes que me va a ser muy difícil concentrarme contigo? Te he abierto mi corazón, mostrado mis sentimiento y no haces nada
- Prefiero que no sepas si me gustas o no, ya que si me voy los dos sufriremos. Yo por dejarte sola o los dos por un amor imposible.
- Si me dijeras que sí podríamos luchar. Pero no, el señorito prefiere no decir nada.
- Por favor. Prometo darte una respuesta. No hoy.


Y ahí quedó todo. Durante esa semana y la siguiente acordaron no verse por la tarde ya que os distraíais y estabais en exámenes finales. De todos modos tú lo añorabas muchísimo y todos los días volvías triste a casa. Te ignoraba. Por los pasillos, en clase, a la vuelta a casa... Una autentica tortura.

El viernes le preguntaste. Pero pasó de ti, ni siquiera un adiós o un no, vete. Esa misma tarde no tenías ningún plan así que fuiste a su casa. Llamaste pero su madre te dijo que no había nadie. Algo decía en ti que era mentira, ya que habías estado mirando su ventana y su portal y no le viste salir.

Algo decepcionada fuiste camino del paseo que hace una semana te había enseñado. Seguía desierto, al parecer nadie lo había descubierto. Te sentaste en uno de los bancos que había. Al poco rato oíste unos pasos que se aproximaban. Marcel.

- Mira quién está aquí. Hace un rato no habías salido de casa. ¿Qué haces aquí?
- Seguirte. Eso es todo, no tiene más misterio.
- ¿Por qué? ¿Evitarme en clase no es suficiente?
- No digas eso, estoy trabajando en algo muy importante. Cuando tenga resultados serás la primera en saberlo.
- ¿Y eso cuándo será? ¿Cuándo te vayas a ir?
- Espero que no. Supongo que más o menos te lo diré mientras estemos de crucero.
- ¿En dos semanas?
- En dos semanas.


Se sentó a tu lado y hablasteis durante aproximadamente hora y media. Eran tonterías pero a ti te hacían feliz. Y pensar que te tenía que decir algo hacía que estuvieras nerviosa. Pero nerviosa en el mejor sentido de todos.

**

- Adiós papá, adiós mamá.
- Ponte crema solar, bebe mucha agua y no hagas ninguna locura esta semana.
- Estamos controlados tranquilos. *RING RING* Es Marcel, adiós os quiero.

Saliste de casa con una maleta a tu lado y una mochila a la espalda. Esa mañana os ibais por fin de crucero. Aunque solo fuera una semana, pero podríais desconectar del instituto. En el portal se encontraba tu vecino, con una sonrisa mientras veía como bajabas. 

- ¿Vamos?
- Sí - respondiste feliz. Una semana sin padres, sin estudiar, en un barco. Él. 
- He visto que han quitado el cartel de alquiler en el ático de tu bloque.
- Ayer. Me tengo que informar. Quiero saber quién va a ser mi nuevo vecino o vecina. 
- Pues ya me contarás.
- Bueno, tampoco creo que te vaya a ser relevante, como te vas... - eso te hizo recordar aquellas palabras. "Después del curso me volveré a ir"

Dejaste ese tema. Ya habíais llegado al instituto y montado en el autobús que os llevaba al puerto más cercano. Como era temprano te quedaste dormida, querías aprovechar tu tiempo en el barco. Fiesta y diversión. Justo, esa misma noche había una verbena. Al llegar, Marcel te despertó.

- Vamos, despierta que hemos llegado. El barco de tus sueños te espera.

Te desperezaste y miraste por la ventana. Energía sobrenatural vino en ti y empezaste a saltar ya fuera del autobús. Cogisteis la maleta y os dirigisteis a la embarcación. Os dieron la llave de vuestro camarote y deshiciste la maleta. Llamaron a la puerta.

- ¿Sí?
- Tu vecino. ¿Vas a tardar mucho? Tengo algo que contarte. - Enseguida abriste la puerta y le abrazaste.
- ¡Dímelo ya!
- No no no. Esta noche en la verbena. 
- Pues adiós. - Cerraste la puerta como una niña pequeña enfadada.. 
- Vamos no te enfades. ¿Quieres que vayamos a comer?

Terminaste de guardar las cosas en el armario y fuiste a comer con Marcel. Luego por la tarde pasaste las horas en la piscina descansando, tomando el sol y de vez en cuando te metías al agua. Ya por la noche, te arreglaste para la verbena. Cogiste unos vaqueros, una camisa y tacones. 


- Hola - dijo una voz a tu lado. - ¿Preparada para saber lo que te tengo que decir? 


No hay comentarios:

Publicar un comentario