Caminabas de vuelta a casa cuando le viste. No iba sólo, dos chicas le acompañaban. Pensaste que quizá eran su hermana y su madre pero te resultaban conocidas. Te acercarte por detrás para saludarlo y cuando ibas a decir su nombre descubriste quienes eran esas dos chicas. Taylor y Angy. Las pijas más pijas que el mundo va a conocer. Y encima además de pijas, putas. No se daba cuenta que estabas detrás suyo. Pensaste en pasar y no decir nada, pero te era imposible, o te veían ir rápida hacia tu casa o tenías que aguantarles hasta llegar allí.
- Marcel - susurraste y se giró viendo tus ojos húmedos. Al estar cerca de vuestra calle saliste corriendo.
- ¡ESPERA! - te gritó. - ¿Por qué reaccionas así? Entre tú y yo no hay nada, no te debería importar qué hago y dejo de hacer.
- No la hagas caso - le dijo Taylor. - Es una niña.
- No la llames niña. Es mi amiga.
- Da igual Marcel, no te preocupes por mí. Ya tienes a esas dos.
- ¿Ves? Ese es el comportamiento típico de una niña. Bueno niña no, niñata.
- Mira tú - diste media vuelta en dirección Taylor. - A mi no me llames niñata, que para eso tú. Que te pones a llorar si no consigues lo que quieres.
- Bueno eh, no te me pongas chula.
- Estoy segura de que vosotras no habéis acompañado a Marcel a casa por caridad. Quieren algo de ti - dijiste girándote y señalando al chico. - Acuérdate de estas palabras.
Esas fueron tus últimas palabras antes de volver a irte. Esta vez de verdad y habiendo puesto los puntos sobe las íes. Y eso fue el 2 de mayo, pero ahí no acaba todo, no.
Estabas empeñada en que Taylor y Angy querían algo de tu vecino. ¿Dinero? No creías. Él vestía ropa corriente y vivía en un piso pequeño. Eso no era. ¿Buenas notas? Sí, podía ser eso. Marcel era un chico sobresaliente. Y tú lo sabías bien, él te había ayudado durante todo el curso a estudiar. Pasasteis tardes enteras, en su casa, de días de invierno, mientras veíais por la ventana la nieve caer. Además estabais en época de exámenes finales. ¡Bingo! Ya habías encontrado la solución al problema. La peor parte de todo era que esa tarde tenías que ir a estudiar con Marcel, si se dignaba a ir, claro.
*DING DONG*
- Hola, ¿está Marcel?
- Claro, adelante - dijo Anne, su madre.
- Gracias - pasaste a su cuarto. - Hola.
- ¿Sigues enfadada?
- No, te voy a demostrar que quieren algo.
- Dejémoslo, los movimientos internos de la tierra nos esperan.
Pasaron los días de esa semana y seguías sin descubrir nada. Llegó el viernes, era la hora del recreo y fuiste al baño. Estabas dentro de uno de los compartimentos cuando oíste unas voces. Después pasos. Miraste por debajo de la puerta y viste que había 2 personas. Nada mas empezar a hablar supiste que se trataba de Angy y Taylor. Te quedaste dentro para escucharlas.
- Tía termina ya con Marcel, que asco. - Nada más decir eso pensaste en salir a decirla cuatro cosas bien dichas pero sacaste el móvil y grabaste su conversación.
- No puedo, te lo he dicho. He buscado su nombre en internet y es el hermano de Harry Styles, tan solo voy a utilizarlo para que me lleve a él.
- ¿Por qué no me lo habías contado antes?
- No quería que nadie se enterará, y además estaba esperando a asegurarme. Se lo voy a preguntar solo para ver si confía en mi o no. - Este comentario hizo reír a la chica. Y después se fueron pensando que nadie las había escuchado.
Saliste de tu escondite y fuiste a clase directa, aunque el recreo no terminaba hasta dentro de 10 minutos pero tú no querías cruzarte con Marcel ya que lo verías con Taylor y Angy y no te ibas a resistir a decir todo y enseñar la grabación. Por esperar tres horas más no iba a pasar nada, de hoy al salir de clase no pasaba. Además Marcel no se lo tomaría muy bien y querías que no le afectara a la hora de atender en clase.
Vuelta a casa. Te diste prisa ya que querías pillar a Marcel antes de que se fuera con las otras dos chicas. Justo estaba empezando a irse. Corriste y tocaste su hombro por detrás. Se giró. Las dos pijas pretendían que te ignorara pero él no las hizo caso y esperó a que hablaras.
- Tengo que decirte una cosa.
- Ahora no por favor.
- Insisto, tan solo te llevará unos minutos. Tienes que escuchar esto - saqué el móvil y puse la grabación. Cuando terminó, Taylor y Angy habían salido corriendo hacia sus casas. Estabais solos. Él y tú. Marcel empezó a llorar. Lo abrazaste y se apoyó en tu hombro, seguía llorando.
- Déjame ir a casa - te pidió.
- No puedes irte así, vente a comer conmigo.
- ¿Y qué le digo a mis padres?
- Ya se lo digo yo. Anda vamos.
En el portal de su casa, llamaste y a sus padres y les dijiste que necesitabas más ayuda y entonces ibais a empezar antes. En tu casa, tuviste que poner otra excusa por la cara roja de Marcel. Había "sacado mala nota en un examen". Y con esa mentira tuviste que aguantar toda la comida. Os fue difícil ya que teníais que inventar cosas y a veces no coincidíais y os miraban con cara de no creeros.
Después de comer subisteis a tu cuarto. Él se sentó en tu cama, tú a su lado. Pusiste una mano en su pierna y lo miraste a los ojos. Sus ojos que veías a través de sus enormes gafas marrones. Esas gafas que le quitaste el primer día para ver si realmente se parecía a su hermano.
- Está bien - te dijo. - Tenías razón.
- No quiero escuchar eso.
- ¿Entonces?
- Tan sólo necesito que estés bien. Las conozco de hace unos años y siempre han sido iguales. No te lo tomes a pecho.
- Ya, pero desconfié de ti por ellas. y todo era la revés.
- Da igual, en serio - insististe. - Marcel, somos amigos desde el primer día de curso. Durante estos días que estabas con - hiciste una pausa, no querías decir su nombre. - ellas, he sentido algo raro. No me gustaba. Estoy confusa.
- Pero, ¿qué quieres que haga?
- Nada. Bueno, no sé.
- A mi pregúntame de clase porque de estos temas no tengo idea alguna. Lo siento.
- Tranquilo. Sólo necesito que me ayudes a descubrir mis sentimientos.
- ¿Cómo? - te preguntó él extrañado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario